La paz y los (¿malditos?) jueces
Que el famoso “proceso de paz” iniciado por Rodríguez Zapatero iba a dar mucho de qué hablar a nadie puede asombrar. Siempre que ha habido una oportunidad por parte de cualquier gobierno a poner fin a la lacra etarra, han salido a la luz pública múltiples informaciones sobre cómo va ese posible final del terrorismo.
Pero al margen de todo lo que se pueda decir, lo que es verdaderamente escandaloso es la utilización que este gobierno está haciendo de la justicia para poder llevar su “plan pacificador” a buen puerto. Algún lector intrépido ya estará pensando que sólo criticaré a este gobierno perdonando a los demás, siento no corresponderle y desde estas líneas, afirmo que todos los gobiernos han utilizado escandalosamente el tema de la justicia: desde Suárez, pasando por González y llegando a Aznar (al pobre Calvo Sotelo yo creo que ni tiempo le dio de utilizar nada).
Una vez hecha esta aclaración, veo muchos síntomas que me inquietan entorno a la justicia. Síntomas que van mucho más allá de el proceso de paz, incluso dentro de la investigación del 11-M hay cosas bastante inquietantes, pero eso es otro tema que otro día tocaré en profundidad. Hoy me quiero centrar en cómo el gobierno socialista actual deja entrever su intromisión a la justicia.
En primer lugar nos encontramos con el asesino De Juana Chaos, sí aquel terrorista que inició una huelga de hambre con jamón York y pan Bimbo; ahora ha iniciado otra y ya no sabemos si consume alguno de estos productos o los ha variado. ¿Pero por qué este “buen señor” iba a iniciar dos huelgas de hambre? Clara es la respuesta, los jueces no han sido benevolentes con lo que pedía, que no era otra cosa que la libertad. Pobrecillo, tantos años matando y ahora se sorprende que no le quieran dejar libre. La fiscalía pide para él un total de 96 años de prisión por una serie de artículos en un periódico abertzale donde, parece, que señala a posibles objetivos. De Juana, considera que esto no puede ser e inicia la famosa huelga de hambre con comida. Curioso. Pero más curioso aún, es que el etarra abandone la hambruna justo un día antes que el Ministerio Fiscal rebaje su petición de cárcel a 12 años. No podemos olvidar el dato que la fiscalía tiene que seguir los postulados de Fiscal General del Estado que es elegido a su vez por el propio gobierno.
Yo no juzgo si la fiscalía ha actuado correcta o incorrectamente, porque de momento no soy ni juez ni abogado, ni nada que tenga que ver con el derecho. Pero sí critico abiertamente que el Presidente del Gobierno, haga unas manifestaciones públicas donde diga que hay “una serie de factores que impiden el buen funcionamiento del proceso”. Esto no lo puede decir el señor Rodríguez Zapatero e irse tan contento a su casa a dormir. Es que esto no lo puede decir ningún presidente medianamente coherente y sabedor de cuál es su misión, que no es otra que salvaguardar el interés general de los españoles. La justicia nunca debe de ser un “factor” que impide aquello que quiere hacer el Gobierno y si lo es, a lo mejor deberían de pensar que están cometiendo una ilegalidad.
Que los políticos socialistas se dediquen últimamente a insinuar lo que tienen que hacer los jueces, es no conocer la independencia que debería de tener el órgano jurídico. Me parece algo vergonzante que el propio Rodolfo Ares, el flamante portavoz de la Ejecutiva del PSE, diga sin ruborizarse que “la Justicia, dentro de los márgenes de la ley, tiene que tener en cuenta el momento en el que se emiten las sentencias”. ¿Ahora resulta que los presos etarras van a tener un trato preferente frente a los comunes?
Para más inri, hace unos meses nos enterábamos que un posible miembro del PSOE había dado un chivatazo al entramado financiero de la banda, para que no fueran detenidos, de una redada policial. A día de hoy, no conocemos en qué ha acabado la investigación, pues la vuelta del juez Baltasar Garzón a su juzgado de la Audiencia Nacional sólo hace que arrojar sombras y nada de luz a sus investigaciones. No puedo pasar por alto el disparate tan grande que es el que este hombre, que se declaró en su día socialista y quiso entrar dentro de uno de los gobiernos de González, siga como juez y tenga la caradura de decir que unos medios de comunicación perturban su independencia.
Esta misma semana leo en un diario de tirada nacional el siguiente titular: “El juez de Bilbao acusa a la Ertzaintza de encubrir un delito de terrorismo”. Visto el asunto así, tiene pinta de ser algo muy grave. Lo que pasa es que ya todos somos mayorcitos como para poder saber que unos simples agentes no se van a jugar su carrera como policías para encubrir un delito de terrorismo, que además consistía en la quema de uno de sus compañeros. Esto viene de más arriba y las órdenes habrán sido dadas desde el brazo político que controla a este cuerpo. Que yo sepa, mientras no se me diga lo contrario, que es el PNV, también partidario de este proceso de paz.
Así pues, visto lo visto, por mucho que la señora Vicepresidenta insista Consejo tras Consejo que el Gobierno deja libremente actuar a los jueces, no parece del todo cierto. Ahora saldrán algunos recordándonos que Aznar hizo más, e incluso acercó presos. Eso ya lo sabemos y es igual de lamentable que lo que está haciendo el actual Gobierno con los jueces. A lo mejor vemos algún vídeo de algún partido político que nos resuelva la situación con los jueces. Producciones Blanco debería de ir tomando nota. Por eso de que una buena defensa siempre viene bien.